Terminé de leerme “El corazón de las tinieblas” hace tiempo y no sé porque no conseguía hacer la reseña. Sí, ya lo sé, nadie iba a echar de menos otro comentario más sobre el libro de Joseph Conrad. Quizás la razón fuese, como dice el narrador de la historia, porque resulta difícil de trasladar las sensaciones que transmite.
Lo que me llevó al libro, imagino que como a muchos, fue la película de Coppola. A pesar de que la historia sucede en contextos diferentes (en el libro, en el Congo, a finales del siglo XIX; en la película, en la guerra de Vietnam durante la segunda mitad del s.XX) en ambos se reproduce la misma crueldad. Quizás porque las tinieblas no están en ningún lugar del mapa, sino en el corazón de los hombres.
El horror que genera la “civilización” y la fascinación por Kurtz, un hombre que ha evolucionado en la dirección equivocada, son los ejes de ambas obras. La forma de narrar de Conrad es peculiar, dejando claroscuros en el camino, intrigándonos y con ciertas dosis de humor para alejarse de la situación de la que es testigo.
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