Bobby y El buen pastor son dos películas recientes que abordan el pasado de la política estadounidense frontalmente. Un pasado que tiene mucho que ver con lo que está ocurriendo en la actualidad no sólo allí sino en todo el planeta. La primera se ocupa del asesinato de Bobby Kennedy, hermano de JFK, que era candidato a presidente. A través de pequeños pasajes entrelazados protagonizados por distintos personajes se pinta un fresco del país abarcando el último día de vida del candidato.
«El buen pastor» comprende una franja de historia más amplia que va desde la segunda guerra mundial hasta la invasión de Bahía Cochinos. Nos cuenta el nacimiento de la CIA a través de la vida de uno de sus integrantes, mezclando su vida personal con los importantes tejemanejes que se traían los Estados Unidos para preservar su «seguridad».
«Bobby» finaliza con un extracto de un discurso de Robert Kennedy pronunciado tras el asesinato de Martin Luther King en el que hace un alegato contra la violencia. Resulta muy interesante ante los hechos sucedidos recientemente en Virginia ver como alguien ya advertía contra el problema de la cultura de la violencia existente en Estados Unidos.
La película de De Niro aborda un problema de más alto nivel preocupándose por la manipulación que ejerce el gobierno americano sobre la política mundial. Advierte sobre el poder que tienen una pequeña oligarquía que ni siquiera es elegida democráticamente y vive en la sombra sobre millones de personas a lo largo del mundo.
Aparte de su similitud temática, tienen en común además que han sido dirigidas por personas que son más conocidas por ser actores, uno con más conocido que el otro todo hay que decirlo. Emilio Estevez («Bobby») empieza un poco lento, amagando con aburrirte, pero poco a poco te va atrapando en este drama coral que me recuerda a La Colmena. Robert de Niro flirtea con el peligro que siempre se corre con los relatos de espías: perder al espectador con las revueltas de la trama además a esto hay que añadirle que lleva en paralelo dos líneas temporales. Admito que yo me despiste un poco cuando esas dos líneas están a punto de confluir. A pesar de ello consigue un thriller que intriga a través de las vicisitudes de la CIA.
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