Conocí la música de Tommy Emmanuel por casualidad. Buscaba temas de Chet Atkins en el emule y fui a dar con una versión suya. Necesité de un rato para asimilar que lo que sonaba venía de una sola persona y una sola guitarra: si este hombre fuese futbolista metería goles dando volteretas y remataría los corners con la nuca, un amigo dixit.
Este sabado Tommy Emmanuel tocaba en la sala 2 de l’Auditori de Barcelona y estar alli era un sueño hecho realidad. Las expectativas eran muchas pero se vieron ampliamente superadas durante las casi dos horas de polvo de bolo. Es increible la energia que es capaz de transmitir este hombre con casi sesenta años, todavía más increible que su técnica que ya es decir: tiene tanta vida dentro que no le importa regalar una parte en sus actuaciones. Tocó temas de su nuevo disco The Mistery y clásicos como Angelina, Mombasa y sus arrolladores medleys de Day Tripper y Lady madonna, aunque eché de menos algún tema (Those who wait). En cualquier caso lo que senti durante el concierto va más alla de notas y acordes, tiene más que ver con las manos dormidas de tanto aplaudir, con una sonrisa estúpida que no puedes quitarte en todo el concierto y te acompaña una vez ha acabado, tiene que ver con la electricidad y con sentirse vivo. Tommy, queremos un hijo tuyo.
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