La primera sensación que percibe uno al llegar al aeropuerto de Bangalore viene a través del olfato y es que un fuerte olor te invade nada más bajarte del avión. Ese olor no te deja durante todo el viaje, lo encuentras en las especias en la comida, en el humo del tráfico, hasta en la moqueta del hotel. El tráfico es otra de las cosas que más llama la atención. Dentro del caos que aparenta se rige por unas normas que como occidentales no podemos entender pero que aunque parezca increíble lo mantienen en orden. Los compañeros de allí me dijeron que no suele haber muchos accidentes aunque nuestro taxi estuvo a punto de atropellar a una vaca la primera noche.
No puedo evitar repetirme con lo de la comida, ya dije en mi primer post que pica como mil demonios, como beber tabasco a morro. No suelo ser reticente a las novedades, me gusta experimentar y traté de disfrutar pero el estómago me jugó una mala pasada y los últimos días toda lo que oliese a comida local me echaba un poco para atrás. Espero que se me pase el trauma para la próxima vez. En contra de lo que mucha gente suele creer no hay problema en comer vaca, estuve en un par de sitios donde nos pusieron unos buenos solomillos de ternera (en uno de ellos los camareros iban vestidos de vaqueros, uouu!!).
No puedo mojarme demasiado a la hora de opinar sobre la sociedad de allí porque en una semana y a pesar de haber hablado con gente que lleva bastante allí, no conozco lo suficiente como para ser justo. A primera vista se hace evidente que la situación de la mujer es bastante precaria. Están sobreprotegidas por sus familias y no está bien visto que trabajen fuera de casa, una vez han sido sido madres ya es muy improbable que sigan trabajando. Muchos matrimonios siguen siendo por acuerdo entre las familias, la novia debe aportar una dote y los novios no se conocen hasta la boda.
Existe un gran contraste entre el nivel de vida que lleva la gente. Te encontrarás a no pocos críos, descalzos y con los mocos sin limpiar, pidiéndote en la calle justo antes de entrar a un garito de lujo. Verás un carro tirado por burros siendo adelantado por un Toyota Land Cruiser del copón. La carretera está asfaltada pero hay mucho polvo en la calle, las calles están sin terminar y hay casas desvencijadas pero también un buen puñado de edificios lujosos de las grandes multinacionales.
Me gustaría haber visto muchas más cosas pero cinco días y encima trabajando no dan para mucho más. Pronto tendré la oportunidad de volver y espero tener más cosas que contar.
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