Porrusalda

Centauros del desierto

En estas reseñas de películas no suelo atreverme con los clásicos del cine. No soy más que un mero aficionado y no creo estar a la altura. Además normalmente acabo recomendando ver la película en cuestión y en este caso no creo que sea necesario. ¿O quizás sí que hace falta? Admito que a mí mismo me suele dar pereza darle una oportunidad a estas películas y prefiero ver cosas más actuales. Pienso que lo mismo que pasa con ver películas en versión original (algo que también habría que fomentar) hace falta coger la costumbre de hacerlo y una vez que lo haces ya no cuesta tanto.

The searchers (Centauros del desierto)

A pesar de todos los avances relativos a este arte que ha habido durante este siglo el cine sigue tratando de contar historias y John Ford sabía como contarlas. Cuando se habla de un clásico la gente suele pensar que se trata de una película lenta y aburrida, con extensos monólogos y conversaciones profundas. Nada más lejos de lo que es Centauros del desierto que es entretenida de principio a fin. En todo momento están pasando cosas, hay humor, mucho humor, momentos románticos y dramáticos y no falta la acción. Una película que sólo se puede calificar con una palabra «genial».

Probablemente la traducción que se hizo al castellano dice mucho menos del argumento que el título original: The Searchers. Ethan Edwards (John Wayne) es un soldado que vuelve de la guerra civil americana a casa de su hermano. La familia vive en Texas bajo el acecho de las tribus indias y son atacados sufriendo el secuestro de la hija menor. Ethan emprenderá la búsqueda infatigable de la niña acompañado de su sobrino mestizo.

The searchers (Centauros del desierto)

Cómo decía antes a veces cuesta acercarse a un clásico, una forma más amable de hacerlo es conocer el contexto en el que transcurre, lo cual nos ayuda además a entender mejor lo que se nos cuenta. La historia transcurre en el año 1868, Ethan había sido un soldado del ejército confederado en la guerra civil estadounidense o de secesión, es decir, pertenecía al bando perdedor. La película se basa en un libro de Alan Le May que se inspiraba en hechos reales: algunas tribus indias raptaban niños blancos y los asimilaban en sus familias. Una de las cosas que más destaca en la película son los espectaculares escenarios naturales en los que se desarrolla, la mayor parte rodada en Monument Valley, Arizona.


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