Cuando llegué al cine no sabía que esperar, iba predispuesto de una forma extraña porque la esperaba con muchas ganas desde hace tiempo pero los que la habían visto me la habían puesto fatal. Me encanta todo lo que he visto de Michael Mann (incluyendo Alí que casi todo el mundo la pone a caldo) así que quizás sea algo parcial con Corrupción en Miami.
Lo mejor de la película son para mí los actores. Colin Farrell tiene un carisma enorme y llena la pantalla, no hay más que ver con quien ha trabajado (Steven Spielberg, Oliver Stone, Terrence Malick, el propio Mann…) para ver lo valorado que está por los que saben de esto. Jamie Foxx es otro crack y se podría decir practicamente lo mismo de él. La presencia de Li Gong resulta perturbadora pero el doblaje creo que le hace un flaco favor.
Una de las cosas que más llama la atención es la fotografía. Está rodada prácticamente entera con cámaras digitales, como ya hizo en Collateral y se nota. Hay imágenes bellísimas pero a veces resulta raro la forma en la que se ve. A mi no me disgusta pero probablemente a muchos les eche para atrás.
Quizás sea el guión lo que flaquea pero tampoco sabría decir donde porque no llegué a aburrirme y no es una mala historia. Probablemente sea que resulta un poco simple comparado con otras historias de Mann como Heat o Collateral y no cuenta mucho para las dos horas largas que dura.
En mi opinión, no es la mejor película de Mann pero tampoco tiene que avergonzarse de ella. Eso sí, si esperas ver acción a manta mejor que recuperes de la videoteca alguna de Tony Scott porque no se prodiga mucho con ella. Lo que más me emocionó de la pelicula fue ver el trailer de la nueva de Cuarón: «Children of men» con los Sigur Ros (joder que deja vú) sonando en churraún. A poco lloro.
Deja una respuesta