Antes cuando veías una película, como mucho la comentabas con tus amigos si es que estos la habían visto. Si era lo suficientemente popular habías visto publicidad en los periódicos, el trailer al ir a ver otra película y quizás el making of en alguna cadena de televisión.

Ahora por culpa de Internet, la cosa ha cambiado. Las películas han dejado de ser sólo películas, y se ha creado un universo a su alrededor que prolonga lo que se está contando. Estoy pensando en Matrix, que en vista del éxito de la primera parte provocó un alarde de creatividad por parte de sus autores. Aparte de la correspondiente página web oficial, cosa ya obligatoria para las películas «importantes», se concibió gran cantidad de material que escapa a la definición de merchandising. Primero fue Animatrix, una serie de animación creada por autores de culto del género. Y con el final de la trilogía vino el videojuego Enter the Matrix que extendía la historia por otros derroteros.

Por otro lado, productos que antes por ser para minorías tenían un seguimiento nulo ahora estan circundados por potentes iniciativas. Sólo hay que fijarse en series como Lost (Perdidos) para darnos cuenta. Desde el lado de los aficionados: foros y páginas no oficiales por doquier, donde los fans se juntan y hablan de la serie. La gente moviéndose para que los que no tenemos acceso a TV americana y no sabemos inglés podamos ver los capítulos subtitulados (muy bueno el post de Hernan Casciari (Orsai) al respecto). Y desde el lado de los creadores, más leña al fuego con páginas adyacentes a la oficial en donde encontrar pistas o bajarse canciones del grupo de Charlie.

Alguno me dirá que esto ha sido así siempre, La guerra de las galaxias provocó que nacieran un montón de series de animación y gran cantidad de merchandising a su alrededor, pero siempre se trataba de creación por parte de la industria, ahora la cosa se equilibra y es el seguidor el que puede participar, encontrar gente con sus mismos gustos e incluso crear a partir de la idea original.