En los tiempos difíciles es cuando tiene que aparecer la valentía de unos pocos para que cambien las cosas. La cruzada anticomunista del senador McCarthy en los años 50 fue una de esas épocas y Edward R. Murrow fue uno de esos valientes que se enfrento a él, tal como nos lo cuenta George Clooney en “Buenas noches, y buena suerte”.
Daniel Strathairn recrea un gran Murrow, muy sobrio, aunque el hecho de que a los personajes no se les haya dado gran profundidad le ha restado más oportunidades de brillar aún más. Para hacernos una idea, no sabemos nada de la familia de Murrow, quizás es una decisión de Clooney en la encrucijada entre alargar el metraje y no llegar a ser pesado, y me parece acertada.
Al tratarse de un tema tan político es difícil de llevar al cine sin resultar aburrido. Por ejemplo, la subtrama de la pareja que oculta su matrimonio creo que es un intento de dar más vidilla a la película, pero en mi opinión no consigue su objetivo o al menos no está bien desarrollada. A pesar de ello creo que Clooney consigue una buena película, de temática interesante teniendo en cuenta los tiempos que corren.
El uso del blanco y negro, además de para ayudar en la ambientación, es un recurso para poder entrelazar escenas de la película de ficción con metraje documental de la época. Abundan los primeros planos de todos los personajes que consiguen provocarnos empatía con la situación difícil que viven.
Por cierto, resulta chocante ver a los personajes fumando todo el rato, incluso en plena retransmisión televisiva, cuando en la actualidad resulta tan mal visto. Los tiempos cambian.
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