La finalidad de hacer una reseña cuando uno no es profesional, además de para recomendar o no a los pocos que te leen, es obligarse a uno mismo a sintetizar lo que la lectura del libro te ha aportado. Mi padre me dijo una vez que si una vez que leías un libro sacabas al menos una idea había merecido la pena leerlo y extraer esas ideas es lo que trato con estos artículos. Hay autores que son más difíciles que otros a la hora de sacarles jugo. Unos porque en definitiva cuentan poco, en cambio otros en cambio quieren contar tanto de un modo tan complejo que es dificil aprehender algo. Joyce forma parte de este segundo grupo. El verano anterior a entrar en la universidad ya ataqué Ulises, su obra más conocida, y me costó un par de prorrogas de la biblioteca culminarlo por su dificultad.

Retrato del artista adolescente trata sobre una época de la vida de Joyce anterior a la contada en Ulises. Siempre basándose en su realidad cuenta el transcurso de su vida desde la infancia hasta que alcanza la madurez, hablando de su experiencias del colegio y la universidad. La novela se divide en cinco partes bien diferenciadas por el grado de madurez del protagonista pero también por cambios en el estilo narrativo; su infancia en la que se siente desplazado porque se sabe distinto a los demás, la excitación de la juventud le lleva al pecado, la educación estrictamente católica que recibe le hace arrepentirse y tratar de acercarse a la virtud, el rebote de la religión cuando su lado racional le lleva al descreimiento y la maduración de su teoría estética y para finalizar, su independencia de su familia y huida al extranjero en un exilio voluntario.

Aunque este libro me costó menos de leer que Ulises, más que nada porque es cuatro veces más corto, me parece un libro menos agradecido. Si bien con Ulises te puedes atascar y pasar muchas páginas sin enterarte muy bien de lo que Joyce quiere decir su lectura depara más satisfacciones y es más entretenido. Me parece un libro aprovechable por la capacidad de estilo del autor y para conocer su visión sobre la estética que es lo que le mueve a escribir, pero no es una novela para leerte entre parada y parada de Metro.