El día después es un telefilme que cuando fue emitido por la ABC en el año 1983 obtuvo la audiencia más alta de la historia para una emisión de este tipo. Se trata de una película cuyo argumento gira entorno a una idea parecida a la de Jericho, una de las series de moda en la actualidad. En plena guerra fría la Alemania oriental ataca a su hermana con el apoyo de la URSS y estos acontecimientos desembocan en una guerra nuclear.

La primera mitad de la película nos presenta a los principales protagonistas de la historia, un crisol de situaciones familiares de la sociedad americana. Paralelamente cuenta como crece la tensión política que desembocará en la tragedia mediante la recreación de programas informativos de televisión y radio. Esta es la parte que más me gustó, resulta muy creíble y te introduce acertadamente dentro de la situación de ansiedad en la que van entrando los personajes.

Para el momento más crítico, en el que se producen las explosiones nucleares, el director (Nicholas Meyer que no ha hecho demasiadas cosas reseñables aparte de algunas de las secuelas de Star Trek) se vale de imágenes de archivo y unos efectos especiales algo cutres. A esto no le doy demasiada importancia, es comprensible debido a ser una película para televisión con, se supone, escaso presupuesto; e incluso se podía haber optado por una elipsis puesto que lo importante es que la explosión ha pasado y no el cómo.

Lo que no me gusta de esta segunda parte es que se me hizo larga. Obviamente a partir de la explosión se narran cosas tristes y sobre todo desagradables. No es que se traten de imágenes gore ni mucho menos pero una hora de estas historias llega a rallar. De todas formas la narración de estas horribles consecuencias esta buscada deliberadamente puesto que tal como expresa el epílogo busca concienciar a la sociedad de los peligros de la guerra nuclear.