Hace un par de viernes se estrenó Caótica Ana [Trailer], la última película de Julio Medem. Medem vuelve a dirigir seis años después del documental La pelota Vasca y no puedo decir que regrese con buen pie. Sus películas suelen dibujar mundos cargados de ensoñaciones, de pasajes surrealistas y casualidades mágicas. En Caótica Ana reaparecen estos elementos, pero con una diferencia: Ni convencen, ni emocionan. No transmiten nada. La ‘Oda a la feminidad‘ o el ‘homenaje a la mujer frente a la tiranía‘ se pierden a través de una historia que no atrapa en ningún momento.
Ana (Manuela ‘bonitas tetas’ Vellés) es una joven pintora que vive con su padre en Ibiza hasta que una mecenas le ofrece trasladarse a la residencia de artistas que mantiene en Madrid. A partir de aquí la película sobrevuela una bruma en la que se mezclan el amor, la amistad, sesiones de hipnosis y reencarnaciónes, con un tratamiento que los despoja de cualquier profundidad. Los dialogos, además, consiguen que ni los personajes ni sus interrelaciones resulten creibles. Vale, ¿y que? me iba preguntando cada dos por tres. La historia no acaba de ir hacia ninguna parte y los últimos veinte minutos del metraje no hacen más que ponerle la guinda al desbarajuste. No comento nada más para no reventarsela a quien quiera verla.
En definitiva esperaba bastante más del regreso del director donostiarra, que me dejó frío. La próxima vez será.
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