El sábado vi una película que me dió mucho miedo pero no era un película de terror. Con una ironía ácida que se va tornando agria, Andrew Niccol denuncia uno de los peores males de nuestro tiempo: el negocio armamentístico. El señor de la guerra es una película que empieza siendo divertida para convertirse en dramática. Creo que el director hace una cosa genial, nos atrapa de una forma amable para contarnos algo que de otra forma le daríamos la espalda y preferiríamos no escuchar.
Nicolas Cage interpreta a un hombre que decide dedicarse al tráfico de armas y la película nos cuenta las vicisitudes que atraviesa de un modo peculiar. Tengo que decir que es la primera vez que veía a Cage en versión original y me sorprendió agradablemente. El doblaje español que le suelen hacer, sin llegar a ser malo, me parecía sobreactuado y empezaba a pensar que no era tan buen actor como opinaba al principio. Los actores que le acompañan (Bridget Moynahan, Jared Leto, Ian Holm) están correctos pero nos se les da demasiado protagonismo y es Cage quien soporta toda la película.
Viendo la filmografía de Niccol me sorprende lo poco extensa que es aunque tiene joyas como El show de Truman como guionista y Gattaca (me postro a sus pies) que además de escribirla también la dirigió. Tengo pendiente de ver S1m0ne en la que participa uno de mis favoritos de siempre. Niccol trata la película intentando darle un aspecto novedoso y lo consigue aunque no vaya a pasar a la historia. Me parece una película cien por cien recomendable porque es entretenida, por Cage y sobre todo por su temática.
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