El ciudadano alemán Jürgen Hass lleva reconocidos a 300 hijos en todo el mundo y quiere llegar a 1.000 antes de fin de año, y eso sin haber engendrado a ninguno de ellos, según informa el semanario Der Spiegel. Hass, prejubilado de 56 años, actúa con una doble motivación: por una parte facilitarles a niños pobres la nacionalidad alemana para que puedan estudiar y tengan derecho a la ayuda social alemana, pero también perjudicar al Estado alemán.
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